El pescado es un alimento con excelentes propiedades nutricionales. De hecho las recomendaciones para una dieta saludable y variada lo incluyen entre 3-4 raciones a la semana.
Rico en proteínas de alto valor biológico, con presencia de todos los aminoácidos esenciales, es ideal para cualquier etapa de la vida
Entre sus características destaca la calidad de su grasa. Aunque este es una valor muy variable que oscila desde los 0,7 al 15%, distinguiendo así pescados blancos y azules, en su grasa abundan los ácidos grasos poliinsaturados, destacando los omega 3 (DHA y EPA) y los omega 6.
Entre sus vitaminas y minerales destaca la presencia de vitaminas liposolubles, en pescados grasos, y de manera general vitaminas del grupo B así como el yodo, el fósforo, el magnesio, el calcio…
Consume pescado, fresco o congelado. A la plancha, al horno, al papillote, al microondas…varía las especies y las técnicas de cocción y disfruta de la variedad en la dieta.
Y para ayudarte a diferenciar un buen pescado fresco, nos hacemos eco de las recomendaciones de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios):
¿Sabes diferenciar un pescado fresco?
Toma nota de los siguientes consejos:
- El color de las agallas. Que sean de color vivo, rojizo y tiene que ser nunca marrón. Si tienes dudas, pídele al pescadero que te las enseñe.
- Los ojos deben estar vivos, brillantes y salientes. Nunca hundidos.
- El pescado debe presentarse lo más tieso, terso y firme posible Con el paso de las horas, tiende a ablandarse y perder esa tersura a causa del rigor mortis
- Escógelo brillante. A más brillo, más frescura.
- Fíjate en el recubrimiento de la tripa que ha de estar completo y brillante.